Certificación Energética en edificios reformados

Certificación

Como hemos indicado en múltiples ocasiones, la certificación energética de edificios es un requisito ineludible desde el pasado mes de Junio para todas las viviendas de nueva construcción, y también para las viviendas que se pongan a la venta o alquiler, así como para todos los edificios públicos. La finalidad no es otra que la de determinar el gasto energético de cada vivienda e intentar la mejora de la calificación de los edificios adecuándolos de forma que gasten una menor cantidad de energía.

Pese a que el boom urbanístico e inmobiliario supuso la construcción de millones de viviendas, se ha constatado que en nuestro país, 8 de cada 10 viviendas construidas supera los 20 años. Dato éste que puede suponer un obstáculo a la hora de obtener el certificado de eficiencia energética, lo que motiva a muchos propietarios a realizar reformas para hacer de su vivienda una edificación más sostenible.

Actualmente el Código Técnico de la Edificación marca unas pautas acerca de la eficiencia energética que deben aplicarse en todas las nuevas construcciones, pero que por descontado las antiguas no tenían la obligación de cumplir. Según diversos estudios, si se aplicase un plan para la rehabilitación efectiva de los edificios y viviendas con una determinada antigüedad, podría llegar a ahorrarse hasta un 30% en el gasto energético nacional, amén de las emisiones de CO2 a la atmósfera procedentes en mayor medida de los sistemas de climatización.

En estos momentos, la mayoría de Comunidades Autónomas y las diferentes Administraciones Públicas ofrecen un abanico de ayudas en forma de subvenciones para aquellos propietarios que se decidan a rehabilitar sus viviendas de cara a mejorar la calificación del edificio en cuanto a eficiencia energética. Se ha comprobado que es posible conseguir disminuir el gasto energético de una vivienda en más de un 80% si al rehabilitarla se siguen unos sencillos criterios.

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La rehabilitación para la adaptación a la eficiencia energética es más sencilla cuando se trata de una vivienda individual, y comenzaría por lograr una mayor eficiencia a través de la remodelación del exterior de la vivienda. Por contra, las comunidades de propietarios cuentan con la desventaja de tener que poner de acuerdo a todos los vecinos, pero una vez superado este escollo no hay más que incidir en el refuerzo del aislamiento, ya que son las pérdidas de calor en invierno y la entrada del mismo en verano las que provocan que el gasto energético se dispare.

Una vez reformada la vivienda, si ésta hubiera obtenido ya una certificación energética, debería pasar una revisión para obtener una nueva calificación en caso de haber mejorado sustancialmente la eficiencia energética del edificio.

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