La ecología, según la Real Academia Española de la Lengua, es la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno, pero también la defensa y protección de la naturaleza y del medio ambiente. Dentro de esta última definición se enmarca un movimiento que ya llevó en los años 60 a los hippies de todo el mundo a realizar una vuelta a lo natural, alejados de los avances tecnológicos. Muchos se unieron en sociedades comunales asentándose en zonas rurales, trabajando la tierra y viviendo incluso sin luz ni agua corriente, respetando al máximo la naturaleza.
Hoy día ese espíritu que llevó a los primeros ecologistas a defender su respeto por el medio ambiente ha calado hondo, llevando a los dirigentes políticos de todo el mundo a plantear soluciones a problemas como el calentamiento global o la destrucción progresiva de la capa de ozono.
Gracias a esta preocupación global, la eficiencia energética se ha convertido en la base para el diseño de nuevos aparatos de todo tipo, desde la industria automovilísitica hasta los pequeños electrodomésticos. Cada día es más común encontrar en nuestras calles y carreteras automóviles que funcionan con hidrógeno o electricidad, sólos o combinados con otros combustibles en los híbridos. Se espera que en un futuro el parque móvil basado en energías renovables aumente de forma notable, de forma que las emisiones de CO2 a la atmósfera se vean minimizadas.
Cualquier aparato eléctrico de los muchos que utilizamos en nuestra vida diaria ha pasado rigurosos controles para ofrecer una mayor eficiencia con un menor consumo eléctrico. Respecto a los electrodomésticos los ciudadanos somos ya conocedores de la clasificación energética de los mismos, y muchos, al adquirir uno nuevo, buscamos que sea calificado dentro de la clase A lo que significa que con mucho menos consumo nos ofrece mejores prestaciones. Generalmente lo hacemos por el ahorro que supone en la factura eléctrica, aunque no deja de ser un beneficio para el planeta..
Precisamente es la eficiencia energética un campo en el que se está ahondando en aras de alcanzar un equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad. De esta forma, las últimas en sumarse al cumplimiento de los requisitos legales acerca del cuidado de la naturaleza han sido las viviendas. Aquellas de nueva construcción deben ya contar con elementos como placas solares, cerramientos térmicos, una correcta iluminación natural, y todo ello avalado por un certificado de eficiencia energética que también pueden obtener las viviendas ya contruidas. Así nos aseguramos de que no sólo nosotros con nuestros gestos (separar y reciclar la basura, utilizar bombillas de bajo consumo, no dejar correr el agua del grifo…) sino también nuestro propio hogar contribuye a mantener sano nuestro planeta.
